- Portada - Número I -Número II - Contacto -Presentación - Links - Noticias

 

 

ARTESATURNO

UNAS LETRAS SOBRE LA PINTURA DE VICENTE

FRANCISCO LAYNA

 

ARTESATURNO

 

ARTESATURNO

 La ausencia de sombra es indicio de la inexistencia de la materia. No hay cuerpo, ni tiempo, ni hay ley que explique la resistencia a la luz. Se entiende entonces su correspondencia verbal: ‘alfabeto’, ‘instante’, ‘silencio’, ‘sureste’, ‘irrealidad’. Lo que se impone es un amarillo constante, presencias que lentas se extienden, un ánimo tonal que parece disconforme con la superficie proporcionada. Porque hay lentitud en estos trazos. Y se supone una procedencia, un lugar donde los colores también reclaman su derecho a la sombra. Vienen luego los homenajes, Azúa, Colinas … pero ¿cuál es el estambre de esa deuda? No, por allí no recala el precepto horaciano de la relación fraterna entre pintura y poesía. Antes bien, y siempre después del amarillo, se trata de una cuestión de espera, de que se vayan acercando, al decir de Francisco Brines, aquellos vacilantes contornos que compañía demandan. Ahí reside la significación: en ver llegar.  Cuando uno contempla estos cuadros, fundamentalmente se cobra conciencia de que se está mirando. Como en cualquier abstracción, nada remite a una inmediación previa. No hay etiología para sus formas y colores. Pero aquí la mirada se hace cómplice, parece recordar aquello que nunca se supo verbalizar, lo más inmediato y cercano. Esa fascinación de Teresa de Jesús: ‘hay que estar mucho tiempo mirando lo que es el agua’. Y téngase en cuenta que el agua apenas concede lugar a la sombra.

 

 

ARTESATURNO
     

 

 

- Portada - Número I -Número II - Contacto -Presentación - Links - Noticias